domingo, 27 de febrero de 2011

Hazme cornudo, Diosa

Este video seguro que les gustará. Si tuviese pareja seguro sería cornudo, como lo he sido cuando tenía novia.

Sabría llevar cuernos con dignidad, y mi mujercita se enrrollaría con todos los hombres que Ella quisiese. Y yo, sumiso, contemplaría la morbosa escena en un rincón de la habitación. Y séría el "hazmereir" de mi mujer y su amante.


En un entorno consensuado todo es posible. Hasta el morbo.

Comenta si te ha gustado, o humíllame si ese es tu deseo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Mi sodomización

Mi sodomización está todavía en mi calenturienta imaginación, y no ha sido todavía una experiencia real, a falta de una Hembra Valiente (que seguro que las hay) en la ciudad en donde vivo.

Pero también es una fantasía o una eperiencia en muchas y muchos de los que visitáis este humilde blog. Os dejo un video que seguro os gustará, para vuestro deleite, y para daros ideas para cuando alguna Dómina quiera utilizarme como a una putita.

domingo, 6 de febrero de 2011

Cornudo y humillado

Una de mis fantasías más morbosas -más que fantasia una necesidad real de que suceda- es que mi chica, novia, pareja, sea Mujer Dominante, y que convertida en una auténtica "zorra" con otros hombres, alardée de sus relaciones con sus amantes y su predilección por sus grandes poyas, más que por mi ridícula pilila que solo sirve para meneármela. Y todo humillándome ante una amiga.

Vean este video montado por mi, el de la paja soy yo de verdad.

viernes, 4 de febrero de 2011

"Mi feminización", relato anónimo

  "Mi feminización" es un relato, anónimo, recopilado de este rastro y patio de vecinos al mismo tiempo que es la red de internet. Como digo, es un relato del que no soy autor, pero con el que me siento muy identificado, pues es una de mis fantasías que me gustaría hacer realidad, ser sometido realmente por una Mujer Dominante, a la cual ofrecerme servil y docilmente como un perrito fiel.

Es un relato, que podría haber firmado yo y dice así:

Siempre me había considerado un hombre varonil, de hecho mi imagen está totalmente alejada de cualquier forma femenina. Rudo, muy velludo y con una forma de vestir muy masculina y sobria.

Todo cambió cuando conocí a Eva. Debo decir que siempre me atrajo el mundo BDSM, pero como sumiso. Tenía interés por explorar esa faceta de servir a una diosa de carne y hueso y complacerla en sus más pequeños caprichos. 
Nuestra primera entrevista fue en una cafetería y ella insistió en que para entrara a su servicio debía ser capaz de aceptar todas sus órdenes, fueran cuales fueran. Entonces, y de improviso, sacó unas bragas de su bolso, eran rojas y muy pequeñas. Pasa al baño, y ponte las bragas. Luego iré yo a comprobar que lo has hecho.
Pensé en protestar, yo era un hombre, ¿como iba a ponerme unas bragas? Pero la verdad es que Eva me gustaba mucho y no creí que la cosa pasara de ahí. Aceptando las bragas que me tendía pasé al baño. Curiosamente, ponerme aquellas bragas no me supuso un problema, sino que descubrí que incluso me gustaba. Ella llegó enseguida.
-Bájate los pantalones, dijo, y sonrió al ver las bragas puestas. Bien, ahora quiero que te masturbes mientras yo te miro. 

Dicho esto, yo empecé a masturbarme, supongo que la escena era extraña, pero precisamente por ser extraña me resultaba excitante. De pronto descubrí que estaba a punto de correrme, cuando ella sacón una pequeña cámara de fotos de su bolso y empezó a sacar fotografías coincidiendo con que yo me corría. La verdad es que yo estaba en ese momento excitado, y ella creo que también. En su cara se reflejaba una expresión de placer y triunfo a la vez.
-Bien, me dijo, ahora nos iremos, quiero que lleves esas bragas toda la tarde, y mañana acudas a verme con ellas puestas. Mañana por la mañana quedamos en el mismo sitio.
Al día siguiente acudí a la cita con las bragas puestas. Empezaba a acostumbrarme a ellas y me tenían excitado. Me hizo acompañarla a unos grandes almacenes cercanos, donde nos dirigimos a la sección de lencería.
-Ahora, vamos a comprar unas cosas para ti, lógicamente las pagarás tú, pero yo las elegiré.  
Me extrañó lo inusual de la compra, un conjunto de braga y sujetador, un liguero y unas medias, todos de color rojo, con encajes y muy sexys. Los compró, los pagué y después de eso,
-Vale, ahora vas al probador y te pones esta ropa, las bragas, las medias, el liguero y el sujetador, y cuando estés vestido me avisas.
Pero ¿Cómo? Una cosa es ponerme unas bragas y otra diferente ponerme toda esa ropa femenina, protesté. 
-Tú eliges, o te pones esa ropa ahora mismo, o mañana en tu trabajo todos tus compañeros recibirán una copia de las fotos que te saqué ayer, ya veremos que les parece que te pongas unas bragas y te masturbes con ellas.
Dicho esto, no me quedó más remedio que ir al probador y vestirme como ella me dijo, me puse las medias y el liguero, el sujetador y las bragas, y entonces la llamé. Ella estaba radiante, se notaba que disfrutaba con esto.
-Muy bien, preciosa, creo que en el mundo no hay nada más sexy que ver como un hombre deja de serlo y pasa a ser mujer.
Dicho esto, sacó la cámara y volvió a sacarme unas fotos, según dijo para su colección particular. Cuando terminó con las fotos, me hizo poner de rodillas y acercándose a mí se subió la falda, observando que no llevaba bragas.
-Ven aquí, perrita, ahora vas a hacer feliz a tu ama. 
Acercó mi cabeza con sus manos hasta su sexo y me conminó a que pasara lengua por él. Estaba muy mojada y realmente disfruté comiéndoselo. Con mi lengua jugué con su clítoris y al mismo tiempo bebía sus jugos, para después enterrar mi lengua en lo más profundo de su vagina. Repetí esta operación varias veces, hasta que sentí que se corría e ncima y dentro de mí.
-Así, perrita, bebe todos mis jugos, quiero que a partir de ahora sean tu bebida favorita, que te hagas adicta a ellos, que me supliques que te los de y disfrutes bebiéndotelos.
Yo notaba que iba a explotar de la excitación. Parecía que iba a romper las bragas de lo duro que estaba mi miembro. Ella después de correrse, lo observó y me dijo:
-Veo que tienes ganas de correrte, bien, hazlo, pero con una condición, a partir de ahora cada vez que quieras correrte deberás contar con mi permiso, deberás hacerlo vestida como estás ahora y deberás correrte sin tocar tu pene directamente.
No entendía nada, ¿Cómo quería que me corriera? Sin saber ni como, empecé a acariciar mi pene por encima de las bragas, pero no obtenía placer. Le supliqué.
-Por favor, ama, indíqueme como hacerlo, soy incapaz de cumplir sus órdenes.

-Bien por esta vez te lo diré, pero que sea la última. Coloca tu pene entre los muslos, hacia atrás, y ahora acaricia por encima de las bragas la zona que queda en tu entrepierna, como si fuera una vagina.

Debo reconocer que me costó mucho rato, pero al final conseguí correrme.
-Una cosa más, cada vez que te corras, quiero que limpies con tu lengua todo tu semen, creo que es importante para tu educación no solo que te acostumbres al sabor de mis jugos, sino que aprendas a saborear el semen de macho.
En aquel momento me quedé mirando las bragas manchadas de semen, era incapaz, y se lo dije:
-Ama, no creo que sea capaz, me parece asqueroso. -Bien, en ese caso, haremos uso de las fotos que te he sacado tanto ayer como hoy, seguramente en tu empresa te verán a partir de mañana como una “secretaria para todo” -No, por favor no haga eso, haré lo que usted desea.
Cerrando los ojos, llevé el semen a mi boca y empecé a tragar. Tenía un sabor salado y amargo, pero del resto no era tan desagradable como lo había imaginado, así que me lo bebí todo. Los ojos de mi ama se iluminaron y apareció una gran sonrisa en su rostro.
-¿Sabes perrita? Verte beber eso, así vestida me ha excitado otra vez, te salvas porque hoy tengo prisa, pero mañana te quiero ver a la misma hora y en el mismo sitio, y pobre de ti si no vas, ya sabes lo que te espera. Por supuesto, quiero que lleves la ropa que tienes hoy, las bragas, el sujetador, el liguero y las medias.