sábado, 1 de agosto de 2015


    “Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede ser el padre o la madre de tus hijos…Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella..

    Y dicen que hay siempre, un segundo amor una persona que perderás siempre, alguien con quién naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan de la razón y te impedirán siempre, alcanzar un final feliz.

    Hasta que cierto día dejarás de intentarlo…Te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando, pero te aseguro que no pasarás ni una sola noche, sin necesitar otra beso suyo o tan siquiera discutir una vez más.

    Ya sabes de quién que estoy hablando, porque mientras estabas leyendo esto, te ha venido un nombre a la cabeza. Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (será sustituido por la calma), pero te aseguro que no pasará ni un solo día en que desearás que este aquí para perturbarte.

    Porque a veces se desprende más energía discutiendo, con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien al que aprecias.”

    Paulo Coelho


Vaya, yo no habria sabido expresarlo tan bonito. Claro, si no yo hubiese sido Pablo Coello. Pero no lo soy, aunque abono su hipótesis con mi experiencia.

Y no solo eso. Me atrevería a decir más si las mentes abyectas que a veces leen este blog no se metieran por terrenos y por caminos por donde nadie les ha llamado por muchos posts que yo escriba u opiniones que vierta.

Mi vida es mia sin contemplaciones y en mi hambre mando yo. Yo he querido y quiero a una persona en mi vida y ese es mi problema. mi condición sine quanum de sumiso encajaban con la suya de Domina, pero no ha podido ser.

Me la repantinfla a estas alturas de la película hacer el ridículo más espantoso de mi vida. La quería, la quiero n mi vida como mi Ama, yo como lo qque era, su perro fiel.

Mi lealtad era y es absoluta. Mi confianza hacia ella sigue siendo absoluta. Ella, la que ha sido mi Ama, tiene todas las contraseñas de mis emails, cuenta de Paypal, cuante baancaaria, cuentas a miss programas de aafiliados... NO pienso cambiar ni una. Pienso mantenerlas como están, mi conffianza en esa mujer es ciega y absoluta.

Si el destino ha heccho que esto no pueda ser pues no será, pero el aprecio, la addmiración, la devoción... (no sé cómo se dice...), el amor sincero que yo siento hacia esa mujer tal vez me ridiculiza, me hace un hombre patético, sumiso y patético.

No me importa llevar esa carga, no me avergüenzo de lo que siento, de esa entrega, de esa sumisión, de ese amor tan dificil de explicar.

Y que nadie se confunda. Lo he dicho otras veces, no deseaba ni deseo ni he deseado nunca formar pareja romántica -digámoslo así- con mi Ama. Hay muchos tipos de relaciones Ama-sumiso. Incluso en un entorno de verdadera amistad y confianza hay muchas fórmulas que se pueden estudiar cuando dos personas quieren. Y yo quería.

Yo no habría sabido expresar con tanta lucidez lo que ha dicho Pablo Coello más arriba, pero ha sido contundente para mi. Eseguida le he puesto nombre.

Tengo cincuenta y ún años. Tengo canas en los huevos.

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