Si digo "onanismo" hablo de mi. Es una palabra que me define casi por entero, pero en lo sexual me define perfectamente. "Onanista" es "pajillero" que disfruta de la masturbación y lo hace constantemente sin distinguir hora o lugar. Un pajillero empedernido como yo lo soy.
Y lo reconozco públicamente porque además hacerlo como lo hago supone -y lo sé- una humillación propia, un reconocimientio además de mi condición de sumiso y una vocación de cornudo que ahora no ejerzo porque desgraciadamente no tengo pareja.
Pero la tuve. Y como otras veces os he contado supe llevar con dignidad unos enormes cuernos mientras mi novia se iba a follar con un amigo que había conocido en el pub del barrio (encima del barrio) mientras yo me quedaba en casa masturbándome una y otra vez en un rincón e imaginando lo que hacían mi novia y su amante.
Recuerdos, si, slo recuerdos pero muy vívidos en mi memoria. Muy latentes todavía, junto a un deseo inconfesable pero confesado ahora de que se vuelva a repetir.
Nunca empleé sus verdaderos nombres, nunca los dije, siempre usé pseudónimos para referirme a mis ex-novias en todas las historias que cuento en este mi humilde blog. Pero lo cuento todo. Podéis echar un vistazo a mis entradas. ¿Y a qué viene esto ahora?
Los sumisos tambiñen teemos sentimientos -de otra manera no se entendería nuestra devoción por la Dominación Femenina- y hoy me hace sentir una mezcla de pesadumbre y excitación rememorar mis recuerdos de verdadera, real sumisión. Es decir, hecha realidad.
Hoy solo son puras fantasías las que me llevan a tocarme y masturbarme una y otra vez, dia tras dia, pero hubo un tiempo, no muy lejano, en que las cosas eran algo diferentes. Era cuando yo tenía a mi lado una novia, una pareja, que conocedora de mi condición de sumiso cornudo se aprovechaba de esta situación para humillarme, para ponerme los cuernos con amigos, conocidos o compañeros de trabajo. O para humillarme en plan doméstico, mientras veían la tele y me obligaban a desnudarme por completo, hasta sentirme pudorosamente indefenso, me ordenaban arrodillarme frente a ellas y a masturbarme mientras ellas veía la tele y se reían de mi o simplemente me recordaban sin piedad alguna lo bien que lo habían pasado con sus dotados amantes mientras yo me quedaba en casa sacudiendo mi ridícula y poco trabajadora pilila.
Así era y así fué durante años. Una novia tras otra.
Hoy, para masturbarme (cosa que sigue sucediendo muy a menudo) cualquier video de temática femdom me viene al dedillo, y fantaseo contemplándolos, imaginando que soy yo ese sumiso que aparece en el video y que tantas bofetadas, risas y escupitajos está recibiendo. Incluso videos con experiencias que yo no he vivido me pnen al límite de mi imaginación y mis deseos y ahora querría con toda mi alma que mujer Dominante me golpeara con ua fusta, o con mi propio cinturón hasta hacerme saltar las lágrimas de dolor, o que me obligara a comerne mi propia corrida a pesar demis arcadas de asco, o a comerle la poya a una dotada y Dominante transexual, o verterme cera caliente sobre el cuerpo, o recibir una gran polla de latex (o de carne) dentro de mi culo virginal, o...
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