cornudo bisex

Este pobre bastardo cornudo es víctima de las perrerías a las que le somete su Dominante esposa y su Amante bisex. El pobre cornudo come polla sin parar. La hermosa polla del Amante me recuerda una buena y poderosa polla que yo mismo me solía comer en Alicante. La polla de un amigo que podíamos llamar Jose (no es su nombre real), y que de vez en cuando me requería.

Jose vice en un apartamento de la playa de San Juan, lo conocí por internet, y me ofrecí a ser humillado por él y a comerle la polla tranquilamente y sin prisas. Jose accedió a "mis servicios" de sumiso mamón, y desde el primer momento que me recibió en apartamento lo hizo únicamente con unos slips blancos ajustados que dejaban adividar su hermosa polla en estado de erección.

Recuerdo que bajó sus slips y solo señalando su enhiesto miembro dijo: "¡Vámos!, Empieza a comer."

Y así lo hice, empezaba a comerle el miembro empalmado, durante la tarde entera, sudando los dos. Él no se cansaba, y yo no daba abasto con mi boca, sin poder recibir apenas, por su tamaño, su enorme herramienta.

Recuerdo que Jose tenía el pene considerablemente más grande que el mío, y conseguía una magníficas erecciones que convertían su gran polla en una barra férrea, dura, larga y hermosa, sonrosada y brillante, temblorosa y ardiente, deseando ocupar un espacio dentro de mi boca para follármela, embestir dentro hasta la garganta, durante horas, hasta que se corría sin avisar.

Al acabar me autorizaba a hacerme una paja, y yo me la hacía, todavía con su leche rezumando por la comisura de mis labios, desnudo y arrodillado ante él.

Esto ocurrió varias veces, y otras tantas que me he masturbado recordando aquellos momentos de humillación hacia mi.

Desde aquí, públicamente, agradezco a Jose el haberme dejado adorar su hermosa polla así como aquel magnífico regalo que me hacía.