viernes, 17 de octubre de 2014

Sencillamente aburrido

Sencillamente aburrido, sencillamente roto, desolado. Destrozado por dentro, con el pecho amalgamado, apretado, dolorido. Sin resquicios de sonrisa, sin esperanzas de nada.

Sencillamente decepcionado, abandonado, repudiado, niguneado. Entregado pero ignorado. Con una presencia ausente, con un vacío constante, como un quemazón directo al corazón, a mi alma de sumiso.

No hay palabras con las que pueda explicar esto. Es dolor, mucho dolor, no es humillación, no hay sumisión, no se puede uno entregar a la ausencia, al vacío, a la nada.

Uno no puede ser sumiso a una idea que se ha inventado uno mismo, a una irrealidad, a una fantasía, a una entelequia, a una esperanza que se manifiesta como una estrella fugaz, con su cadencia. Uno no puede desear mas que despertar de esta pesadilla, de esta tortura nocturna (y diurna) gratuita y cruel, y asesina, porque me mata. Uno debe escapar de este infierno de desolación y tristeza, de amargura, de incomprensión, de latigazos de vacío uno tras otro en lo más intimo de mi ser, lo más sincero, lo más real.

Jamás me había mostrado tal cual soy a nadie, jamás me había abierto tanto ante nadie. Jamás me había atrevido a ofrecer tanto a cambio de nada, de un brindis al sol. Pocas veces me había sentido tan avatido, tan anulado, tan dolorido por dentro. Preferiría que me azotara mi Ama hasta hacerme sangrar antes que esta ausencia de ausencias, antes que hacerme pasar por este territorio desierto, por este calvario de lo incomprensible, de lo inhumano, os lo prometo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Expresa aqui tu opinión siendo respetuoso respetuosa con tus semejantes, aunque yo quedo exento de tu respeto. Puedes humillarme si quieres.