La cuestión (mi triste realidad) es que me tengo qu conformar con fantasear constantemente para tener experiencias -aunque solo sean en mi mundo interior- en las que me siento humillado y dominado por una hembra.
Mis fantasías siempre en torno a algunas de mis parejas que he tenido. Una -que he venido en llamar en este blog con el nombre de "Pilar"- me supo colocar una enorme cornamenta que supe llevar con displicente sumisión hasta el final de nuestra relación, que ya se hacía insoportable debido a mis constantes sospechas de infidelidad sin yo enterarme.
Yo siempre he pensado que los verdaderos cuernos no se ponen con la entrepierna, si no con el corazón. Sospeché que ella me mentía. Eso no era poner precisamente el corazón en nuestra relación, si no todo lo contrario, en pos de un buen polvo pegado con el amante de turno. Y yo en mi ignorancia.
Pilar me puso los cuernos otras veces, lo hacía a menudo, pero siempre era con mi conocimiento. Recuerdo aqueñ dia que me presentó a uno de sus amantes en la barra de una cafetería del barrio. Yo sentí mucha vergüenza y se me puso la cara como un tomate.
Otra de mis fantasía consiste en imaginarme que me encuentro totalmente desnudo y a merced de dos Hembras Dominantes, una de ellas mi pareja (la última que he tenido y que he convenido en llamarla "Paula" en este blog) y su amiga íntima "Patricia", una jóven muy guapa, resuelta, esbelta, muy atractiva y muy Dominante. Ambas las dos procediendo inflingirma mil y una humillaciones, aguantando con resignación insultos y risas, bofetadas, escupitajos sobre mi, la cara y dentro de mi boca, incluso azotes. Sí, últimamente me viene a la cabeza, cuando me pajeo, ideas de ser azotado, con un cinturón, con mi propio cinturón. Así sea.
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